Por: Christian Breda.
Chief Marketing Officer- AXCES.
Es común leer en casi todos los medios que pronto viene una posible y temida etapa económica cuyo nombre comienza por R. Modelos del banco central de los Estados Unidos, pronosticaron el riesgo de recesión a finales de 2022 con un 35% de probabilidad y ahora este porcentaje llega a 60%, ante este panorama, las empresas necesitan enfocarse aún más en su flujo de caja.
Te comparto una serie de claves que te ayudarán a sortear estas épocas de posibles crisis económicas e incertidumbres.
Clave #1: planear.
Según SurveyMonkey y CNBC, casi la mitad de los emprendedores afirman que la economía ya está en recesión y consideran que la inflación todavía no ha alcanzado su pico más alto, puesto que los precios de ciertas materias primas continúan al alza y al mismo tiempo la confianza de consumidores es cada vez más débil, debido al inevitable aumento de precios finales de los productos y servicios.
Desde esa perspectiva, las empresas tienen que planear y no distraerse con todo el ruido económico, aunque claro, se debe estar atento a las medidas de los gobiernos, evitar endeudarse, cobrar la cartera, renegociar con proveedores, explorar nuevas fuentes de financiación e intentar diversificar las fuentes de ingresos, para cuidar su flujo de caja.
Clave #2: pensar en la rentabilidad.
Según data generada por los bancos centrales, la liquidez de las empresas no ha aumentado ni ha disminuido en los últimos 12 meses. Este aplanamiento implica cierta presión en la rentabilidad, puesto que el pronóstico para el 2023 es que sigan elevándose los precios, hasta llegar a un punto en que las empresas no podrán seguir transfiriendo esos altos costos a sus clientes, por lo tanto, las empresas tienen que cuidar sus márgenes.
Es importante, entonces, establecer planes de reorganización en asuntos administrativos y financieros dentro de las compañías.
Clave #3: buscar alternativas de financiación.
Según el banco central de los Estados Unidos, la mayoría de los emprendedores perciben dificultades para acceder a líneas de crédito durante este año y la falta de créditos presenta dificultades que afectan la capacidad de maniobra de las pequeñas y medianas empresas, pues en época de recesión les es más difícil aprovechar algunas oportunidades del mercado, porque requieren liquidez, la cual se ve limitada por la escasez de préstamos bancarios y altas tasas de los mismos o de recursos disponibles.
El modelo de riesgos que los bancos adoptan en tiempos de recesión no favorece a las empresas. Es probable que un crédito hipotecario represente menos riesgos para las entidades financieras, mientras que los préstamos a empresas son menos apetecidos por estas instituciones debido a la volatilidad de los mercados como consecuencia de las alzas en las tasas de interés.
Conclusión
El efectivo es el rey en estos tiempos. Estamos entrando a un periodo crítico donde las empresas deben ser más cuidadosas en las decisiones que tomen, deben estar más atentas a los mensajes de los mercados, pensar en estrategias encaminadas a la optimización de sus cadenas de producción y analizar cómo la inflación afectará su rentabilidad y la manera como pueden proteger su liquidez o flujo de caja aprovechando diferentes alternativas de financiación que les den margen de maniobra.
